Rosario Ugaz Ramirez

Poemario

ÁNIMOS

Bellos Ánimos de ayuda,
bellos ánimos de sol,
de refrescante hermosura.

Calor humano que refresca mi existir,
caricias de tiernos sabores que calientan mi animo.

Protección necesaria que me ayuda a caminar,
suave murmullo que alientan mi oídos.


Adalid
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Bellos Ánimos

Bellos ánimos son los que invaden mis días,
en la costosa carrera del destino,
el futuro se encuentra al final,
el inmediato es el de hoy...
tú me esperas en medio de la ilusión y
el deseo de seguir viviendo.

Bellos ánimos son los que acompañan mi soledad,
son los que me siguen a tu encuentro,
son los que tienen entretenidos mis ojos,
son los que cubren mi cabeza de esperanzas,
desertando la concentración de la razón y
alcanzando una
vez más el compromiso de la lealtad.

Bellos ánimos alientan mi vida,
respiro extasiada de emoción,
repleta de cariño voy en tu busca,
cargada de ternura me suelto el cabello,
con tal destreza me maquillo el rostro e
intento ocultar mis sentimientos llenos de pasión.

Bellos ánimos de luces brillantes
respaldan mis sueños,
que buscando recostarse en el regazo de la unión,
coordinan su futuro,
repitiendo una y otra vez,
por fin encontré el amor.

Adalid

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LA VID

Alegre estoy en tierna emoción,
el sol ilumina mi día,
aclarando mis sueños esperados,
el cuadro perfecto del ocaso
se muestra una vez más brillante,
radiante de energía me anima a seguir y
olvidar el pasado.

Alegre estoy,
porque me encuentro completa,
contigo dulce en estado de agonía quede,
la cruel realidad paralizo mis piernas,
mis pensamientos revoloteaban sin poderlos detener,
las fluidas ideas corrían a mi encuentro y
una vez más no sabia como actuar.

Alegre hoy como todos los días de mi vida,
la fragante frescura del olivo
curo mis heridas del alma,
cual fugitiva, cautiva e ignorante
perversamente me encontraba,
sin poderme desatar, sin poderme reflejar y
la vid del olvido me lleno hoy alegría.

Gracias ¡Oh, Bella Naturaleza!
por renovarme, por aceptarme,
por considerar que esta vida que tengo,
merece libertad del dolor,
libertad de la venganza del cruel cazador,
del hombre perverso que no sabe reír y
Gracias a la vid del universo puedo hoy sonreír.

Adalid